En redes sociales circulan videos en los que algunas personas se “pegan” un imán en el brazo en que supuestamente han recibido la vacuna contra el COVID-19. Algunos de estos videos fueron viralizados en Twitter, y los usuarios comentan que se debe a que las vacunas contienen metales o mirochips.

Le pusieron la Sputnik a mi vieja.
— Mariano Tilli 💚 (@icevainillaice) May 25, 2021
Le puse un iman y le quedó pegado en el brazo.
Cuantos más vacunas llegan, más irracionales se ponen.
pic.twitter.com/CAyIvmzxLS
¿Por qué es falso?
Las vacunas no poseen metales magnéticos en cantidades suficientes como para poder lograr que un imán se adhiera a la zona de inyección de la vacuna. Según coinciden los especialistas, se necesitaría introducir un pedazo grande de material magnético debajo de la piel para lograr ese efecto.
“Utilizar sales de aluminio es una técnica para aumentar la capacidad inmunogénica de las vacunas que se utiliza hace más de 40 años. Esas sales de aluminio son inertes y no reaccionan con nada del organismo. Se utilizan hace mucho tiempo en distintas vacunas, como la antitetánica o la antidiftérica”, explicó Jorge Geffner, investigador de Conicet y médico infectólogo.
Las sales de aluminio o hidróxido de aluminio en forma de gel se utilizan en múltiples vacunas para potenciar la capacidad inmunogénica y es completamente inocua en el organismo. Su función es elevar el nivel de protección que genera en el cuerpo la proteína del virus que se utiliza en la vacuna.
“Esta técnica se utiliza también en la triple antibacteriana, con la que se vacuna a millones de chicos. Sin embargo, ninguna de las vacunas que tenemos en Argentina contra el coronavirus utiliza complemento metálico. Tanto las vacunas de virus inactivado (Sinopharm), como las vacunas de adenovirus (Sputnik V, AstraZeneca) generan la respuesta inmune suficiente para no requerir este tipo de complementos”, explicó Geffner.
Por otra parte, es fundamental aclarar que no todos los metales pesados provocan un efecto de atracción. “Solamente se atraen con imanes unos pocos elementos de la tabla periódica: el cobalto, el hierro o el níquel”, precisó Jordi Sort, quien lidera el Grupo de Materiales Inteligentes de Nanoingeniería, Nanomecánica y Nanomagnetismo de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados, en España.
Es importante considerar, además, que los seres humanos consumimos todo el tiempo complementos metálicos cuando nos comemos, por ejemplo, mediante los alimentos que contienen hierro. Así como también es fundamental saber que hay metales que son tóxicos y no se consumen en ningún contexto, como el mercurio o el plomo.