En algunos sitios se difundió que la corteza terrestre “se mueve menos de lo habitual” a raíz de la pandemia COVID-19. La supuesta explicación es que los sismólogos registran una reducción de entre el 30% y el 50% en el ruido sísmico desde que algunos países están en cuarentena.
¿Por qué es falso?
Lo que sucede durante la pandemia COVID-19 es que hay menos ruido industrial, de fábricas, de tránsito y de la ciudad en general. Al haber menos sonidos y más silencio, los movimientos pequeños de la tierra como terremotos chicos o el propio oleaje, se registran más y mejor. “Esto genera que cualquier ruido pequeño pueda penetrar con sus ondas en la tierra con más facilidad, y les da a los sismólogos más información que la que tienen usualmente, cuando esa base de ruido está presente”, explicó a Télam Andrés Folguera, geólogo e investigador de CONICET. En este sentido, el especialista aclaró que la corteza terrestre se mueve como siempre, sólo que cambiaron las condiciones del ambiente que pueden mediar en el registro que realizan los expertos (geólogos o sismólogos).