VERDADERO
El virus causante de COVID-19 se transmite por microgotas y aerosoles expulsados por una persona infectada. Desde su aparición se han reportado muchos eventos en lugares cerrados donde se produjeron gran cantidad de infecciones, y se los llamaron “eventos súperpropagadores”. Esto ya se había descrito previamente en las epidemias de MERS, SARS y Ébola, donde estos eventos estuvieron asociados con un crecimiento exponencial en algunos brotes.
Distintos estudios de estos eventos en COVID-19 mostraron que aproximadamente el 10% de las personas estudiadas que se infectaron fueron las responsables del 80% de las transmisiones, lo que quiere decir que 1 de cada 10 personas infectadas propagó la infección alrededor de 36 veces más que el resto de los individuos.
Estos eventos pueden deberse a distintos componentes que a su vez pueden complementarse: 1) sociales o comportamentales, es decir, conductas que favorecen el contacto con otros por profesión o afición; 2) relacionados a lugares que por las interacciones que se dan allí tienen alto riesgo de transmisión (como los centros de salud o las cárceles); 3) escenarios “oportunistas”, donde el número de contactos y/o la probabilidad de contacto es inusualmente alto al implicar agrupamiento de muchas personas como misas, eventos deportivos, festivales, bares o reuniones sociales en espacios cerrados; y 4) cuestiones biológicas propias del virus y de las personas. Se postula que podrían influir las características genéticas del individuo, así como las propias del virus, períodos de incubación más largos, síntomas más leves, mayor liberación de secreciones, mayor carga viral.
No hay que dejar de tener en cuenta que la mayoría de las personas infectadas que propagaron la infección a un gran número de individuos lo hizo casi exclusivamente en lugares cerrados como bares, templos, bodas, centros deportivos, donde se sabe que es casi 20 veces más probable contagiarse que al aire libre. Además, no se habían tomado las medidas y cuidados que se tienen en la actualidad. Por ello, hay que recordar siempre usar tapaboca/nariz/mentón, mantener el distanciamiento social y la higiene frecuente de manos con agua y jabón o solución a base de alcohol al 70% aún en espacios abiertos, y evitar situaciones que podrían conducir a eventos súperpropagadores (lugares cerrados, poco o mal ventilados, con muchas personas sin cumplir el distanciamiento adecuado).