Esta teoría, difundidas especialmente en redes sociales, afirma que la pandemia se provocó por un salto cuántico causado por el 5G en la electrificación de la tierra. Dicho salto cuántico provocaría que las células de nuestro cuerpo respondieran expulsando trozos de ADN y ARN con proteínas (exosomas) y que eso en esencia serían los virus. Además, esto volvería débil a nuestro sistema inmune, lo que lograría que el virus pueda extenderse a nivel mundial, causando una pandemia.
¿Por qué es falso?
Los exosomas y los virus son diferentes y distinguibles en un microscopio. Un exosoma es una vesícula producida naturalmente por una célula, que se desprende de ella transportando componentes celulares como proteínas o material genético. Si bien algunos virus en ocasiones se pueden “esconder” dentro de estos exosomas (aunque en el caso del coronavirus esto no está reportado), son dos estructuras distintas. Las ondas electromagnéticas, como las que se emplean en la tecnología 5G, pueden ser de alta o de baja energía. Es cierto que determinadas ondas pueden generar daño a los tejidos, pero sólo si emiten alta cantidad de energía. Las ondas de radio, utilizadas en la tecnología 5G, no son suficientemente energéticas para dañar los tejidos humanos.
La radiación que sí puede causar daño a nuestras células es la llamada radiación ionizante. Son ondas que por su altísima energía pueden dañar el material genético. Entre las radiaciones ionizantes capaces de generar daño se encuentran los rayos X y los rayos gamma, pero no las ondas de radio utilizadas en la telefonía móvil. Por último en este artículo se sentencia que la radiación 5G es capaz de alterar el nivel de acidez (reflejado en un valor químico llamado pH) de nuestro cuerpo. Sin embargo, parámetros como el pH, la presión sanguínea y la temperatura corporal de los humanos se mantienen constantes gracias a complejos mecanismos de control que operan en nuestro cuerpo. Si esto no fuera así, nuestro organismo no podría funcionar adecuadamente.