VERDADERO
En el mundo se trabaja en pruebas con plasmas de personas que se curaron de COVID-19, que presentan anticuerpos contra el virus (un “arma” que fabrican nuestras defensas). Estos anticuerpos también se fabrican en caballos (suero hiperinmune equino). Ambas estrategias se están probando como posibles tratamientos para COVID-19. (Ver https://confiar.telam.com.ar/se-esta-realizando-donacion-de-plasma-de-pacientes-recuperados-de-covid-19/ y https://confiar.telam.com.ar/el-suero-hiperinmune-de-equinos-podria-ser-una-alternativa-terapeutica-para-pacientes-graves-con-covid-19/ )
Basados en los resultados obtenidos en estos estudios, investigadores de la Universidad de Pittsburgh desarrollaron un anticuerpo que puede reconocer sólo una parte (anticuerpo monoclonal) de la proteína Spike o espiga que se encuentra en la envoltura del virus y es la “llave” que utiliza para entrar a nuestras células. Para diseñarlo, estudiaron cómo eran los anticuerpos producidos por pacientes con COVID-19 que se unían más fuertemente a la porción de la proteína espiga o Spike. Esta unión entre el anticuerpo y la proteína podría evitar que entre el virus a la célula.
Este anticuerpo, llamado VH-Fc ab8, es más pequeño que el que producen nuestras defensas, ya que se le han eliminado algunos fragmentos, lo que facilitaría su penetración a los tejidos. Esto es una ventaja porque podría ser administrado por vía inhalatoria y no endovenosa, como en el caso de plasma de recuperados o suero hiperinmune.
También comprobaron que el anticuerpo no interactúa con componentes propios del ser humano, por lo que sería un tratamiento seguro. Se realizaron ensayos en ratones y hámsters para evaluar su eficacia. Al utilizarlo preventivamente (antes de la infección) observaron que evitó la infección en los pulmones de ratones. En hámsters, se probó tanto el efecto profiláctico como el tratamiento, siendo la profilaxis más eficaz para disminuir la concentración viral. Este hallazgo puede ser una ventaja importante, ya que serviría no sólo como tratamiento para las personas ya infectadas, sino también prevenir la infección en individuos sanos expuestos al virus.
Aunque los resultados de la fase preclínica son promisorios, la seguridad y eficacia podrá demostrarse sólo a partir de los ensayos clínicos en humanos.