En una conferencia de prensa el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, expresó: “Veo que el desinfectante lo elimina (refiriéndose al virus) en un minuto, ¿hay una forma en la que podamos hacer algo respecto a eso? ¿Inyectarlo como si fuera una limpieza? Se mete en los pulmones y lo haría muy bien. Estaría bien comprobarlo, podríamos usar doctores, parece interesante”. A pesar de que después se retractó, aclarando que lo dijo de manera irónica, algunos habitantes de este país se intoxicaron por la ingesta de desinfectantes.
¿Por qué es falso?
Los desinfectantes son compuestos capaces de eliminar microorganismos, pero también pueden dañar las células de nuestro cuerpo. Usados correctamente y en las dosis adecuadas sobre superficies y objetos no generan un daño a la salud. Ningún desinfectante se ha desarrollado para ser consumido y mucho menos inyectado. Los estudios de toxicología indican que según el desinfectante y la cantidad que se ingiera o inyecte la persona puede experimentar vómitos, mareos, palpitaciones, insuficiencia orgánica, coágulos sanguíneos, anemia o paro cardiaco e inclusive la muerte. Es importante conservar los productos siempre fuera del alcance de los niños, ya que pueden ingerirlos accidentalmente. También es preferible antenerlos en sus envases originales porque pueden confundirse con bebidas si los colocamos en botellas de gaseosa. En lo posible hay que evitar almacenarlos junto con alimentos, bebidas, cosméticos o medicamentos. Hay que respetar todas las indicaciones del rótulo del producto para saber la concentración de uso. En caso de ingesta es necesario consultar inmediatamente a un médico, por lo cual en la etiqueta deben aparecer los números y centros de atención de urgencia.